Me faltan dos defensas

Me da que la imagen de uno de los cuadros que guarda la RFEF en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas —que por cierto, debe ser derribada por completo según sentencia judicial firme— sobre los 5 goles más memorables obtenidos por su selección de millonarios no se corresponde con el momento real del gol.

Vaya por delante que no entiendo de fútbol (ni falta que me hace). Sobre el balompié sé lo que cualquier chiquillo español puede saber: un reglamento primitivo en el que diferencio entre un chut y un pase. Lo del balón dividido ya me coge a contrapié. Y en táctica no es que esté pez, es que me ahogo vilmente, aunque justo es reconocer que el aficionado español no discute de táctica (ni de estrategia tampoco, aunque son legión los técnicos deportivos que no saben explicar la diferencia entre una y otra) sino que sus riñas versan sobre temas tan estúpidos sobre quién es mejor, si un bocata de salchichón o uno de mortadela.

Dicho cuanto antecede, lo mismo el debate que voy a suscitar aquí ya ha sido tema de tertulias y contratertulias, de veladas en cenáculos y matinales en terrazas, de controversias en palcos de primera o disputas en campos regionales y resulte de ello que esté descubriendo la pólvora mojada. Servidor, en su supina ignorancia futbolera va a exponer lo que podría tener tintes de escándalo si no fuera porque en este país dirigido por menguados y sustentado por catetos el listón de lo que es escándalo queda como muy alto, pues ya no nos asombramos por la desvergüenza de la monarquía, y no me hagan hablar ahora que lo he de refilonar en otro artículo.

En noviembre de 2011 la RFEF encargó a un pintor los retratos de los cinco goles más importantes de la selección de millonarios que juegan en nombre de la RFEF, que no de España (o quizá fuera el pintor el que se ofreciera, que tanto monta). Nótese que los cinco goles míticos se cosecharon ante escuadras europeas; desconozco si esto carece de algún sentido futbolero (ante Inglaterra el de Zarra, a la URSS el de Marcelino, Polonia encajó el de Kiko Narváez, Alemania sucumbió ante el de Torres y Holanda se llevó el de Iniesta). La única foto de Narváez antes del gol que se encuentra en Internet es ésta que pueden ustedes ver aquí debajo.

Y la imagen que se reproduce en el cuadro que atesora la RFEF se corresponde con la foto de aquí arriba como se puede comprobar en esta noticia donde se facilita una amplicación de cada cuadro (es la segunda imagen de la segunda columna).

Ahora bien, una revisión del vídeo de aquel gol que en la final olímpica de 1992 suponía el 3 a 2 y fue conseguido en el descuento nos hace ver que el portero andaba por el suelo y había dos defensores bajo los palos. ¿Dónde están los defensas en el cuadro? Por otro lado, para lograr el tanto que supuso el oro olímpico, Narváez no prepara la pierna para un potente chut como se aprecia en la foto y como reproduce el cuadro porque no tiene ocasión, y debió realizar un tiro más colocado que potente.

Dele al play y el vídeo dará comienzo a los 6 minutos y 5 segundos. Podrá ver el saque de esquina (y de paso observe que en el luminoso del estadio, ya en 1992, se leía «Espanya»), la primera intentona de Narváez que da con él en el suelo, el tiro a puerta, el rebote que le cae al jerezano y el gol… La imagen no se corresponde con el cuadro que guarda la RFEF en su pinacoteca particular.