Son todos la misma

Preámbulo tan pretencioso como innecesario:

Esta bitácora lleva activa desde 2004 (ver el viejo blog), y se ha caracterizado siempre como página crítica con la realidad (deportiva) que nos rodea en todos sus ámbitos, desde el local al internacional. Pero es innegable que esa realidad deportiva está inmersa en otra realidad de orden superior, la que engloba a todas las demás realidades, en la que hacen y deshacen a su antojo los dirigentes que sufrimos: reyes y jefes de estado, presidentes y ministros, diputados y ediles. Quizá por eso ha habido ocasiones en que esta bitácora se escoró peligrosamente hacia una crítica social de índole general. Y digo peligrosamente porque corrió el riesgo de perder su norte y zozobrar. Felizmente, al final la brújula del patrón consigue enderezar el rumbo, y dando tumbos, logra arribar a algún que otro puerto en escabrosa costa.

En la presente ocasión el capitán de este navío va a realizar más una cabriola que una maniobra (náutica) para luego permitir a la nave durante unos días flotar a la deriva. Espero que el ocasional lector de estas letras y el seguidor fiel a esta bitácora sepa disculpar la salida de ruta y acepte la visita a este otro litoral de abrupto acantilado.

A lo mejor era otra época y a lo mejor eran otras latitudes cuando el argentino Luis Aguilé compuso e interpretó esta canción. Era (o quizá no) otra época y era (o quizá tampoco) en otras latitudes, pero los males no sólo siguen presentes sino que han enraizado en el tejido político con ruin contumacia. El presidente de la nación, la decena laaarga de presidentes de las autonotaifas, la media centena de presidentes de las diputaciones provinciales sin olvidar los presidentes de cabildos insulares, y los miles de presidentes de corporaciones locales, son todos la misma… cosa. (Algún justo habrá en Sodoma, pero ‘el partido’ no le deja emerger como tal).

Oirán la canción y verán reflejado al de enfrente… No lograrán ver su reflejo en este espejo, no querrán ver su faz mendaz en la letra de la canción. Vayan para ellos estos versos, desde otra época, desde otras latitudes (o quizá sea desde aquí cerquita en el tiempo y en el espacio).

Y salvando las distancias con el mensaje de la trova, valga igualmente el texto del tema para presidentes de federaciones nacionales, federaciones regionales, federaciones provinciales, presidentes de clubes ilustres, famosas entidades deportivas, populosas sociedades anónimas deportivas, e igualmente para los presidentes de muchos muchos clubes de base donde también se impone el aquí-mando-yo cuando no el-club-es-mío (que casi es peor porque refleja una desoladora ignorancia) en detrimento del diálogo, el consenso, la escucha activa, la comprensión, la empatía y la búsqueda en común de soluciones (a este punto es al que no llegan los dirigentes españoles). Y es que… «Quod est inferius, est sicut quod est superius.”, o dicho de forma más común: «Como es arriba, así es abajo».

Mal vamos cuando el mal es general y asola, vertical, este país de retal. Y si mal vamos, eso es que nunca llegamos.