Leyes a la carta

«El Gobierno español anuncia una reforma de la Ley Audiovisual que hará inviable el canon radiofónico». Y digo yo, pobre currito ignorante de mí, ¿no estaría mejor dedicado ese Gobierno español creando riqueza y no subiendo impuestos a tontas y a locas y llevando a los curritos compatriotas al umbral de la pobreza con recortes salariales salvajes? Pero veamos en qué charco se van a meter estos gualdrapas del actual (des)Gobierno español.

La liga futbolera es una liga privada, al menos mientras la federación en la que se integra la LFP siga siendo una entidad privada, como recoge el artículo 1.1 del decreto que regula el entramado federativo del país.

Nos están diciendo que si un grupo de amigos organizamos una liga de fútbol chapas o de Blood Bowl, un suponer, y de repente esta liga cobra un desmedido interés público (más allá de los cuatro frikis que lo jugamos), tendríamos que permitir que las radios, amparándose en una mal entendida «libertad de información», vengan a dar cobertura a nuestra liga (liga privada –aunque cobremos entradas– que no liga pública). Y esto ocurre en un Estado que se dice reconocedor y garante de la propiedad privada, desde la material hasta la intelectual (ahí están todavía esos aberrantes proyectos de ley que califican de pirata a todo usuario de un bien público como es Internet o a todo propietario de una impresora).

Claro que mientras que ese mismo Estado siga arrogándose el derecho de «Calificar las competiciones oficiales de carácter profesional y ámbito estatal» (artículo 8.e de la ley del deporte), delegando «funciones públicas de carácter administrativo» en las entidades privadas llamadas federaciones españolas (artículo 30.2 de la ley del deporte), a lo mejor sí que tienen derecho sus señorías a legislar lo que les salga de las meninges.

¿Y si la federación española de fútbol y la liga profesional que se integra en ella decidieran no asumir aquella delegación dejando que sea el propio Estado quien organice sus campeonatos nacionales? Ahora que ya sabemos que los políticos son capaces de hundir un país, qué no harían con una liga de fútbol…