Con cierto disimulo

Al loríbidi que el equipito de los ‘madridolímpicos’ siguen adelante: «Madrid 2020 ya tiene logo y web». A la chita callando estos tíos siguen tirando pa’lante. No les interesa ya que se les dé tanta cobertura mediática como antaño, pero continúan erre que erre con una idea que ha dejado de tener calado en la ciudadanía.

Mientras Madrid se llena de parados, de desahuciados, de trabajadores en el umbral de la pobreza; mientras se congelan o se bajan los sueldos de los currantes, se les suben los impuestos, el transporte, el combustible, el gas, la luz, el agua y el teléfono; mientras el país está sin gobierno, unos porque ya no están (a dios gracias) y se pelean entre ellos, otros porque son nuevos (qué miedo dan) pero no tienen ni puta idea de lo que hay que hacer; mientras todo eso ocurre este grupito de iluminados esperan obtener los réditos que la esperpéntica idea otrora aplaudida por la plebe ha de procurarles, siguen adelante sin empacho ni rubor, con desparpajo aunque sin tanta chulería: los Lissavetzky, Blanco, Gallardón, Coghen, a los que se suman los Cardenal, Botella, Castrejana, el pequeño Samaranch… En fin, toda la caterva de ilustraditos que han perdido por el camino (mejor para ellos) a los Urdangarín pero continúan contando con el aliento de la Casa Irreal.

Quizá no interese en mitad de la caída libre en la que nos sume la crisis económica, financiera, política e ideológica darle publicidad al desmán que supone gastarse una porrada de millones en volver a optar a un nombramiento que sólo servirá para generar un gasto mayor sin fin. La clase política ya nos ha demostrado que son capaces de hundir el país. Por el camino nos irán dando música para nuestros oídos, como que no hace falta invertir porque en Madrid ya está todo construido (aunque para 2020 estará todo tan obsoleto que habrá que renovarlo), o que para 2020 la crisis ya estará superada (aunque las multimillonarias inversiones habrá que hacerlas aún con el cuello dentro del agua). En la crisis hemos caído de golpe, pero saldremos de ella a golpes y tras muchos años (¿ocho?), y estos avispados quieren engañifar al pueblo con una bufonada grotesca. O nos movilizamos o nos hunden más mientras ellos nadan en sus pingües negocios.