A otro perro con ese hueso

El caso de «Filete» Contador no coletea, sino que aletea. Van a estar dándonos la murga con un tema que es más simple que el mecanismo de un chupa-chups.

Si el cuerpo no genera clembuterol de forma natural has de explicar cómo entró eso en tu organismo. Y aducir que se debió a la ingesta del pico de un filete (recordemos que el resto del equipo comió del solomillo y no dio positivo) se me alcanza una disculpa bastante pueril. Es más, si damos validez a pulpo como animal de compañía, se abre un rosario de disculpas semejantes para cualquier deportista.

Por otro lado el fallo tiene su aquél. A «Filete» le sancionan con dos años, pero podrá volver a competir dentro de seis meses. Sí que le desposeen de los títulos conseguidos hasta ahora, pero… ¿qué hay del dinero? No he leído que tenga que devolver ni un céntimo de los premios (aunque sí parece que va a llevarse un varapalo económico).

En estos casos no basta con mirar a los ojos de un presidente autonómico para que su señoría certifique la veracidad del aserto «no me he dopado».

Así que, por favor, no nos den más la murga con el caso de «Filete» Contador, que todavía le va a salir barato.

¡Ah!, permítanme otra reflexión. Ahora que «Filete» ha sido condenado ya podemos decir que Contador es un dopado sin temor a que el chaval nos denuncie por calumnias (imputar un delito a una persona sin que podamos demostrarlo). Pero si el tío apela y le dan la razón dentro de un año pongamos por caso, entonces… ¿tendremos que borrar lo que se dijo tiempo atrás? ¿Habrá que desdecirse públicamente? ¿O puede quedar fechada nuestra aseveración de que el chaval es un dopado? Complicado cada vez más este mundo de los derechos que interactúan y se interrelacionan.

Actualización del 09.02.2012 a las 02:37
He aquí bien explicado el por qué a la sentencia condenatoria a Contador.